Él iluminó la habitación

Son ya 20 años que GEORGE HARRISON nos dejó a consecuencia de un cáncer de pulmón que, a consecuencia de la metástasis dañó su cerebro. Una de sus últimas frases fue “todo lo demás puede esperar, pero la búsqueda de Dios no puede demorarse un segundo”. Murió en paz, el 29 de noviembre de 2001 a las 13:20 h.

george

A finales de los 90’ George Harrison hizo frente a un cáncer de pulmón, resultado de tantos años fumando. Estando recuperándose en su casa de Friar Park, un hombre lo agredió con un cuchillo resultando también herida Olivia.

El matrimonio pasó el último día del siglo XX recuperándose en el hospital, quedando uno de los pulmones de George dañados permanentemente. En cuanto al agresor, la justicia británica lo dio por demente y por lo tanto inimputable.

A principios de 2001 se confirmó que el cáncer había regresado: una de las mejores clínicas del mundo en materia oncológica detectaron un tumor en uno de los pulmones y lograron extirparlo. Un mes más tarde descubrieron que había aparecido un tumor en el cerebro.

George, quien desde hacía décadas había abrazado la meditación trascendental y la búsqueda de Dios, concluyó que su paso por el mundo material había llegado a su fin. Por aquel entonces estaba componiendo y grabando demos para un disco que probablemente terminaría, pero intentaría dejarlo lo más acabado posible. Su amigo y colega JEFF LYNNE trabajó a su lado. Luego, concluiría el trabajo junto a Dhani, el hijo de George y Olivia.

Su esposa Olivia continuó buscando alguna cura y fueron hasta una clínica en Suiza donde se realizaba el mejor tratamiento de radioterapia para el cáncer, y George estuvo allí varias semanas.

El estado de salud fua cada vez peor. En octubre de 2001 viajaron a Nueva York para someterse a una terapia experimental, en el Hospital Staten Island University, pero ya era demasiado tarde. Allí fueron a verlo Ringo y Paul McCartney. Hablaron, hicieron chistes, incluso hubo lágrimas.

Conversando con Olivia, Paul supo que George no quería morir en su casa de Inglaterra, para que todos pudieran volver a su vida normal sin pensar “acá murió George”, pero tampoco en el hospital.

Paul ofreció su casa de Beverly Hills para que Harrison pasase sus últimos días. Para montar el operativo secreto contactaron a un especialista en seguridad llamado Gavin de Becker, que logró organizar el viaje a través de Estados Unidos sin que la prensa se enterase y George pudiera despedirse de los suyos sin el asedio de los medios de comunicación.

Durante el traslado se temió que Harrison no resistiera. A la residencia de McCartney fueron Ravi Shankar, mentor de George en la práctica del sitar, junto con su hija Anoushka. Permaneció varias horas junto a él, tocando el sitar, y cuando George recuperaba la conciencia cantaban mantras hindúes.

Una de las últimas frases de George, consecuente con su fe inquebrantable fue “todo lo demás puede esperar, pero la búsqueda de Dios no puede demorarse un segundo”. Murió en paz, el 29 de noviembre de 2001 a las 13:20 h.

George fue envuelto en una túnica y humedecido con óleos sagrados. A la media hora llegó la gente de la empresa funeraria que debía llevar el cuerpo al crematorio. Cuando se enteraron que era George Harrison se sumaron a una plegaria con los presentes.

Luego, Olivia y Dhani viajaron hacia Maui, Hawaii, uno de los lugares favoritos de George. Tiempo después, según se ha dicho, las cenizas de Harrison fueron esparcidas en el río Ganges. “Hubo una profunda experiencia cuando dejó su cuerpo, fue visible, digamos que no hacía falta iluminar la habitación si querías filmarlo. Él iluminó la habitación”, recordó ante Scorsese una emocionada Olivia Harrison.

fuente: airedigital

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