ELO40 / 40 AÑOS NO SON NADA

40 AÑOS NO SON NADA
por EUGENIO ORTEGA MORENO

No voy a negarlo; además del buen rock, me gusta un poco el buen tango de Carlos Gardel… y que bien me acuerdo de esa canción de “volver… que 20 años no son nada”.

Ahora que se cumple el 40º Aniversario del nacimiento de nuestro grupo musical, no puedo sino que volver a aquel pasado, en el que con solo 14 años una banda de rock empezaba a calentar mi corazón, tal cual si fuera mi primer amor en esa época. Todavía, como si un anciano recordando su juventud, vienen a mi mente aquellos maravillosos y sufridos años en que empezaba a despertar mi pubertad. Lejos de seguir el paso de aquellos amigos, mi vida fue dando un giro diferente, no salía a buscar chicas, como lo hacían mis amigos. Yo me quedaba en casa ahorrando un dinero que me iba a servir para comprar un nuevo disco de la ELO, aunque tampoco tenía por ese tiempo tocadiscos. Todo se resumía en un amigo que me lo pasaba a cinta de casete, y luego, a escuchar ese trabajo una y mil veces.

Recuerdo, como el primer beso de una hermosa mujer, como conocí a la ELO en un camping, dentro de un monasterio de monjes en ruinas, en medio de un monte. Iba allí porque estaba muy colado por las leyendas de Bécquer, y sobre todo por el Monte de las Ánimas. Esa noche, acampado dentro del Monasterio, escuchando “Radio Algeciras”, que emitía un programa de rock continuado, sin dar nombre de la canción ni del intérprete que sonaba, allí escuche por primera vez “Evil Woman” “Poker”. ¡Dios! ¿quien era ese grupo?, ¿Cómo se llamaban esas canciones? Un fin de semana, otro y otro más, llegaba el viernes y me iba con los amigos al Monasterio de camping y esperaba que llegaran las 10 de la noche para que pusieran esas dos canciones. Como una cita fiel al filo de las 11, el locutor anónimo que pinchaba canciones sin decir nada más me hacia sentir los escalofríos al poner una noche más esas dos bonitas canciones.

Aquí empieza mi idilio con una amante desconocida. No sabía su nombre, ni sabía que cantaba, solo sabía que mi corazón por primera vez tenía un dueño que no era femenino. Tuvo que ser en una fiesta de un amigo, cuando tomando unas copas escuchamos íntegramente “ELDORADO”. Todavía recuerdo la dulzura de esa sinfonía mezclada con licor 43 con piña. ELO se llaman. Me digo mi amigo. Mas concretamente, ELECTRIC LIGHT ORCHESTRA. No lo dude, cogí las 2.000 pesetas que tenía ahorradas y me subí al autobús con dirección a Cádiz y me fui a una tienda de discos. No sé ni como se llamaba. La primera que vi. Era mi primera compra de la ELO.

Todavía me quedaba algo de dinero. ¡Uff que portada más chula! Ese disco también pertenece a la ELO, me dijo el dependiente. Pues se lo compro también. Ala. Me quedaban solo 700 pesetas. Oye, dependiente, ¿podría escuchar algo de lo que he comprado? Cómo no, me respondió. Y me puso “FACE THE MUSIC», un trozo de aquí, otra canción y a la tercera… ¡DIOSSSS, no me lo puedo creer! si es la del Monasterio… ufff. Sigue, por favor sigue poniendo más, y llega la primera del lado B, mi delirio… Oye, ¿tienes mas de la ELO? Si, también tenemos éste. Vaya, si están con los ombligos fuera, bueno pues se lo compro. Para Medina como si me fuera con los reyes recien traídos y para la casa de mi amigo. Compré varias cintas de casete y a grabar y escuchar toda la noche música.

Nunca me arrepentí de lo que hice. Al revés, me alegro de la decisión que tomé ese día en gastar todos mis ahorros de medio año en comprar esos trabajos de la ELO. Después llegaron los demás trabajos, los videos en APLAUSOS, uff, el delirio. Que bonitos aquellos maravillosos años.

Después, en la revista de música rock que yo leía, un día sí y otro día también se anunciaba la defunción total de la ELO. Hasta que en el año 1986 se producía el mal presagio.

Ahora con 50 años, sin poder creerme que todavía sigo intentando alegrar mi corazón con un poco de amor de la ELO, veo la dificultad económica de antaño, una vez superada, y ahora tengo que esperar que mi cupido Jeff lance una flecha que haga sonar una música que ya llevo años esperando.

Parece que este año 2011 se pueden cumplir parte de mis deseos y de ustedes, esperemos que sea merecida la gran espera que hemos hecho, y que nos satisfaga en parte el dinero gastado en recopilatorios.

Un saludo para todos ustedes, que como yo, siguen esperando con impaciencia el cariño de aquel que nos dejó hace muchos años.

Un saludo.

Medina Sidonia, año dos mil once.