Yamaha «ALL ACCESS» – Verano 2007. Número 14

El Genio de JEFF LYNNE

40 años de «Strange Magic»

Aún cuando Jeff Lynne haya sido simplemente un gran líder, cantante/compositor, multi- instrumentalista o productor, su lugar en el panteón del pop estaría seguro. Pero Lynne ha sobresalido en todas esas áreas, llenando de arte y destreza cuatro décadas de grandiosa música rock, distinguida por incontenibles ganchos, energía y gloriosa producción.

Lynne creció en Birmingham, Inglaterra, en donde hizo un despliegue como guitarrista/vocalista y productor/compositor para Idle Race hacia finales de los 60’s. En 1970, se unió a la gran y mística banda The Move, donde co-produjo, compuso, cantó, tocó guitarras y teclados. El mismo año, co-fundó la Electric Light Orchestra con el líder de The Move,  Roy Wood. Cuando Wood se marchó para formar un nuevo grupo, Lynne asumió el control de E.L.O., escribiendo, produciendo y cantando éxito tras éxito a lo largo de la década. Aún hoy es difícil no maravillarse por el impacto e innovación de «Evil Woman», «Mr. Blue Sky» o «Strange Magic», una canción cuyo título perfectamente ejemplifica la mística de Lynne.

Mientras E.L.O. finalizaba en los ’80s, Lynne fue contratado por George Harrison para trabajar con él en su álbum Cloud Nine. «Nos hicimos grandes amigos y pasé de maravilla el tiempo mientras hacía ese disco», dice Lynne. «Fue mientras hacíamos el álbum que George sugirió que debíamos formar un grupo. Y hasta la fecha, George y yo somos los miembros fundadores de los Traveling Wilburys, un grupo al cual estoy muy orgulloso de pertenecer.

En 1990, Lynne reveló su único álbum solista, Armchair Theatre, el cual fue críticamente aclamado. Pocos años después, trabajó con los tres Beatles sobrevivientes, en sus recopilaciones  «Anthology», transformando las rústicas demos de John Lennon en canciones completas de The Beatles.

ALL ACCESS (AA): Parece que siempre te has esforzado por lograr los mejores sonidos posibles, aún en tus primeras grabaciones. ¿Qué te atrajo hacia las orquestas, coros y a agregar efectos de sonido intensos a los temas?

JEFF LYNNE (JL): Solía pensar que más es más. Simplemente me encantaba agregar efectos de sonido. Pensaba que la canción podía salir mejor con un gran bullicio constante.

AA: ¿Por qué?

JL: Es simplemente la forma en que evolucioné como compositor, supongo. Comencé tocando en vivo cada noche con Idle Race, y me encantaba esa banda rock de cuatro integrantes con dos guitarras, un bajo y percusión (o batería). Éramos realmente muy unidos. Cuando comenzamos a grabar, siempre quise agregar unos cuantos instrumentos más a mis canciones. Tocar con esa pequeña formación (aún cuando sonábamos bien) me hizo querer obtener un sonido mejor y más fuerte.

AA: Las grabaciones de Idle Race sonaban casi como un proyecto de algo que esperabas crear algún día

JL: Eso es absolutamente correcto. Francamente, no tenía la experiencia todavía. Realmente no sabía cómo hacer eso que quería hacer. Cuando hice el segundo álbum de Idle Race con Liberty Records, dijeron: “Necesitas un productor” y yo dije: “No, yo soy el productor.” Por alguna razón me creyeron, aún cuando sólo tenía 21 años y nunca había producido nada.

AA: ¿Cómo lo conseguiste?

JL: Había comprado la grabadora B & O que te deja saltar las canciones de izquierda a derecha y derecha a izquierda, añadiendo nuevos instrumentos mientras lo haces. Así que aprendí en la sala de la casa de mis padres en Birmingham haciendo demos de mis canciones para el primer álbum de Idle Race sólo saltando las canciones una y otra vez y esperando a que los buses afuera pasaran para que el ruido no se grabara en la cinta. Una vez que terminabas de insertar las partes, eso era todo –la única forma de cambiar la mezcla era empezar de cero. Así es como aprendí cómo cada parte se une con las otras. Pero aunque no entendía cómo comprimir, estaba lográndolo de todas formas al sobrecargar la cinta. Sabía cómo crear las armonías que quería practicando en la grabadora B & O.

AA: ¿Cómo ves la relación entre producir y componer?

JL: Componer y producir es para mí casi el mismo proceso. Cuando escribo una canción, ya estoy pensando en los sonidos que debe llevar. Ya sea que deba ser un piano, una orquesta o lo que sea. Otras ideas me surgen mientras estoy haciendo las canciones. Y pensaré: «Wow, una tuba sonaría maravillosa aquí, o un xilófono.»

AA: Algunas de las técnicas de producción que usabas con E.L.O. eran increíblemente difíciles con una cinta análoga y sin automatización de mezclas. Ahora son relativamente fáciles, gracias a lo digital

JL: Sí, y no es algo del todo bueno. Puedes hacer cosas con lo digital que no podrías haber hecho hace un millón de años con lo análogo. El problema es que lo digital aún no suena tan bien, aunque un día lo hará. Pero no me estoy quejando. Las facilidades de un sistema de grabación digital son asombrosas y nunca podría regresar a utilizar cintas. Como todos los demás, me he acostumbrado al sonido del CD y aún hasta al sonido mp3. Además, algunas veces no te importa mucho la calidad del sonido si te encanta la canción.

AA: ¿En qué instrumentos sueles componer?

JL: Suelo usar el piano para componer baladas con grandes acordes como «Telephone Line» y «Can’t Get It Out Of My Head». Tengo un lindo piano de cola Yamaha en el cual he escrito muchas, muchas canciones. Se ha suavizado agradablemente a través de los años. También me gusta componer en la guitarra, usualmente para canciones más movidas como «Rockaria», «Showdown» y «Ma-Ma-Ma Belle». Algunas veces compongo en un teclado Yamaha. Escribí la mayoría del álbum Discovery, de la E.L.O. en un CS80, que era uno de esos mágicos teclados Yamaha. El único problema era que pesaba como 500 libras! Tenía muy buenos sonidos, absolutamente fantásticos para su época. Otro teclado Yamaha que también fue importante en ese tiempo fue el DX7. Fue el primero que fue lo suficientemente pequeño para llevártelo contigo en tus vacaciones.

AA: Has trabajado con gran número de tus ídolos. ¿Fue difícil introducirte en el rol de productor?

JL: Bien, tienes que hacerte cargo y lograr el sonido que quieres o no tiene ningún sentido estar allí. Algunas veces tienes que decir: «Creo que eso no funciona» o «Mejor hazlo de nuevo». Pero realmente es emocionante trabajar con tus héroes. La grabación que hice con Roy Orbison, «You Got It», es una de mis favoritas. Estaba tan emocionado que terminé escribiéndola con él, grabándola y cantando coros, mezclándola y resulta que fue un gran éxito. No pudo ser mejor. La voz de Roy era maravillosa…un sonido hermoso, suave, aterciopelado que de repente podía elevarse como un pájaro. Fue igual de emocionante trabajar con Del Shannon y Brian Wilson, personas con voces sobresalientes. Full Moon Fever, de Tom Petty, es otro de mis favoritos que co-escribí y produje. Trabajar con The Beatles en Anthology fue la experiencia más asombrosa de todas, muy difícil porque habían tres de ellos y sólo uno de mí (risas).

AA: ¿Cuál fue tu trabajo en Anthology?

JL: Hacer grabaciones de las dos cintas de caseette de John. «Free As A Bird» y «Real Love» es el trabajo más difícil que he hecho y uno de los más divertidos. Habían pasado alrededor de 20 años desde que Paul, George y Ringo habían estado juntos en un estudio. Me senté allí escuchando sus brillantes bromas por horas. Fue realmente divertido. Y luego teníamos que ponernos a trabajar y eso era un poco difícil.

AA: ¿Cómo salió?

JL: Me dieron un mono cassette con John cantando «Free As A Bird» en el piano. Había demasiados silbidos y el piano estaba muy alto. Esto fue en 1995 y no usábamos una computadora todavía. Era imposible tocar a la vez con el cassette porque era una ejecución rústica, así que terminamos grabando la canción basándonos en el tiempo promedio y luego ajusté la voz y el piano de John a la grabación. Después de eso, agregamos a George y Paul cantando armonías. Hacer Anthology me llevó a producir ocho canciones del álbum Flaming Pie, de Paul McCartney.

AA: No era la primera vez que tu carrera estaba bajo la sombra de The Beatles.

JL: Difícilmente es una sombra… es mucho más que una sombra! (risas). Adoro a The Beatles total y absolutamente. Cuando estaba haciendo mi primer álbum con Idle Race, el ingeniero llamó y dijo: «¿Quieres ir a Abbey Road? (En realidad, creo que se llamaba EMI en esos días). The Beatles están allí grabando». Y dije: «¿Qué?!!!» Nos apresuramos, entramos y allí estaban, grabando dos sesiones diferentes para el White Album. Conocí a John y George en la sala de control Studio Two. A través de la ventana, se podía ver a George Martin moviéndose de un lado a otro mientras conducía la parte de cuerdas de «Glass Onion». Me dije: «Escucha ese sonido enredado de la batería! Era algo que iba más allá de lo que podía imaginar. Luego bajamos el corredor y allí estaba Paul tocando el bajo en «Why Don’t We Do It In The Road?». Ringo le estaba dando una nota en el piano. Estaba impresionado de ver a The Beatles en el actual estudio de grabación. Era como captar un increíble fenómeno de la naturaleza. No podía creer lo afortunado que era.

AA: Así que… ¿aún sientes el deseo de hacer sonar todo de manera intensa estos días?

JL: Creo que lo superé. Solía tener que hacerlo todo enorme para sentir que era una buena grabación. Siempre solía imaginar que todas las grabaciones que tanto me gustaban eran así de enormes. Fue sólo años después que pude escuchar los viejos sencillos que me encantaban y darme cuenta de que casi no había nada en ellos! El gran sonido que imaginaba no existía. He aprendido mucho desde entonces. Gracias a Dios. Aún hay millones de canciones esperando para ser hechas. Sólo es cuestión de escribirlas.

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Traducción por gentileza de NANCY BETANCOURT ©